Indicios... [Ayer]
Habían pasado muchos soles y varias lunas y Maui seguía avanzando sin haber encontrado otros humanos, pero no se amilanaba. Total, era lo mismo que estar permanentemente en un lugar. En esta nueva etapa, si bien carecía de un habitáculo que pudiera considerar de su uso exclusivo y de su propiedad, el cambio, la novedad y las pequeñas sorpresas posibles en cada jornada eran un aliciente interesante.
Estaba aprendiendo a no conformarse con lo que le tocó. Ya no era suficiente con sobrevivir cada día, cazar, cocinar, comer; necesitaba algo más. Y así como ansiaba, sin desesperarse, el contacto humano, en el proceso había aprendido a valorar la experiencia, el conocimiento cotidiano y la aventura. Era independiente y sabía manejar la soledad, lo que no podían decir todas sus descendientes.
El sol estaba llegando a la mitad de su recorrido diario cuando divisó algo que le llamó la atención. Era una nube diferente. No "caminaba" como ella -hacia adelante-, sino hacia arriba. Se detuvo un momento y su rostro, primero con muestras de preocupación, repentinamente se relajó y mostró una gran sonrisa. ¡Es humo!, se dijo. Y si hay humo, hay humanos con toda probabilidad, pensó acto seguido.
Al tomar conciencia de aquello, a la alegría y la sorpresa, se añadió la ansiedad y cierto temor, formando una mezcla difícil de manejar en su interior. Se mantuvo quieta hasta calmar el cúmulo de sentimientos y decidir su plan de acción frente a tamaña contingencia. Era lo que la había movido a dejar su "residencia", era lo que había esperado encontrar todo ese tiempo, por lo tanto, debía actuar en consonancia con aquello.
"Bien", se dijo mentalmente. "¡Allá vamos!", e inició el camino hacia la larga columna de humo que se distinguía a la distancia.
Lo que inicialmente le pareció muy fácil, no resultó tanto. La distancia era más de lo que pensaba, el humo era mayor de lo previsto y seguía observándose a pesar del avance y de las horas, por lo que debería establecer otras premisas. Reflexionó unos momentos, llegando a las siguientes conclusiones:
1. El humo era producto de un fuego mayor del necesario para la vida cotidiana, por lo tanto, podría involucrar peligro para cualquier ser vivo, incluida ella u otro congénere.
2. El humo y, por ende, el fuego que lo producía, al revestir peligro, habría alejado a quien hubiera estado cerca o lo hubiera provocado.
3. Lo cual, por último, no necesariamente significaba que pronto pudiera encontrar compañía.
Al ser consciente de lo último, se desanimó al instante. "Tanto caminar para ...¡No!, ¡un momento! ¡No fue para nada! ¡Hay avance!, pensó positiva, luego de unos momentos de pesadumbre. Estaba más cerca que antes. ¡Había indicios humanos! -¡ojalá!-. Así que, sacudiendo su pesimismo, emprendió nuevamente el rumbo. La esperanza volvió a nacer entre el humo que seguía siendo su guía.
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