Pensé que ya estaba libre, lejos de sus efectos y de sus "garras" (figuradamente hablando, pues, de acuerdo a lo observado no tienen extremidades, salvo algunos de sus parientes, otros reptiles), pero no ha sido así. Me doy cuenta que en todas partes existen, aunque la gran diferencia está en la existencia y "calidad" del veneno. Las venenosas son peligrosas verdaderamente y, al igual que la Boa que dibujó el Aviador de El Principito cuando era niño, son capaces de tragarse hasta un elefante (con mayor razón a doña Principessa, toda vez que no tiene a su servicio un caballero ni encantador ni matador de sierpes, jejeje).
No me había dado cuenta hasta hace unos días, que siguen vigentes, que no se han extinguido y ... ¡están en todos lados! Y si bien es cierto, las que descubrí hace poco no atacan ni hacen daño ex profeso, igualmente hay un perjuicio colateral, que molesta, saca roncha y deja huellas, puesto que provocan en ti la desconfianza y el rechazo, y te obliga a tener cuidado en no exteriorizar lo que sientes para que no se den cuenta. Estos animalejos te traen el recuerdo de malos momentos, te hacen dudar de la bondad humana...
- ¿"Bondad humana"? ¿Qué es eso?
- ¡No caigas en el cinismo, amiga mía! ¡SÍ hay bondad en muchísimas personas!
- ¡Lo sééé! Sólo quería hacerte reaccionar...
- Asumo que tengo problemas visuales, pero para detectar la bondad no se requiere la vista; ayuda sí, pero no es condición "sine qua non"...
- ¡Oye, Princess...!
- ¡Dime !
- ¿Algún culebrón te ha estado molestando?
Importante señalar que no se trata de aquello, sino el haber tenido la claridad necesaria, una especie de "iluminación repentina", de haber deducido de improviso algo que estaba en el ambiente, pero para lo cual no había logrado juntar todas las piezas. De pronto sonó un click de ajuste que fue casi físico en un momento determinado de la semana anterior. Y me acordé de Voldemort y de su cuasi-esposa...
- ¡Pero, Princess...! ¡Voldemort, que yo sepa, no tiene wife! Él es todo en uno...Un all-in-one...
- Es que conocí a alguien, hace cuatro años, que si no es mujer del Innombrable, debe ser su pareja o novia, jajaja.
- ¡Qué chistosa! ...Oye...¿tan mala es?
- ¡Imagínatelo y...te quedarás corta!
- Seguro que sí, mira que yo tampoco soy muy larga, jajaja.
Están en todas partes. La zalamería es una de sus herramientas, tal vez la más utilizada. De manera que, si no quieres que te fagociten, debes estar atenta a los indicios: mucha sonrisa, abrazos, besos, cómo estái, linda, preciosa, qué bien te ves, tú siempre lo haces bien, etcetcetc..., gestos y tópicos típicos de los aduladores-reptilíneos...
De pronto, al pensar en la "actuación" pública de estos reptiles, pardòn, personas (jajaja), uno se pregunta si acaso no se cansan de tanto fingimiento, de tanta actitud teatral con tanta gente. ¿No tendrán dolor de los músculos del rostro al final del día, jajaja?
- ¡¡¡Why!!!
- ¡De tanta sonrisa derrochada, digo yo, jajaja!
- Jajaja...No lo sé, pero seguro que, cuando envejezcan, van a tener que recurrir a un cirujano plástico, pues si por naturaleza los músculos faciales se sueltan con el paso de los años, en el caso de ellos, con mayor razón, jajaja...
- ¡Ya, basta! Suficiente , amiga mía. Eres muy oportunista...
- ¡Mira quién habla!
Dejando de lado las bromas, no cabe duda que hay una delgada línea roja entre la amabilidad y la adulación, que no siempre es fácil de distinguir. A veces, para ser honesta, hasta uno misma cae en la amabilidad excesiva o zalamería. Cuando esto es de vez en cuando y más en tono de broma que en serio, es aceptable, e incluso digno de más de una sonrisa. Sin embargo, cuando es reiterativo o permanente, pon tu detector a funcionar y ten cuidado con ser embaucado/a, porque indudablemente ése y no otro es el objetivo de estos seres. ¡Ten cuidado, que no te falle el escáner! Es muy grato, halagador, casi una especie de narcótico la adulación: te hace sentirte bien, que eres capaz, que puedes, que eres la mejor...Y en ese estado casi hipnótico te pueden hacer firmar hasta un nuevo testamento (jajaja).
- ¡Sssssssssss! (siseo de serpiente; lo reproduzco para que puedas reconocerlo, jajaja).
Para ayudarte, un par de consejos:
1.- Su modus operandi está basado en el uso de tres estrategias principalmente:
La mímesis: trata de parecerse a ti como una gota de agua: manifiesta tener muchos gustos similares, tanto en lecturas, películas, planteamientos y otros.
Tiene una actuación silenciosa en varios aspectos: te cuenta algunos secretillos, te trae pequeños regalitos, te saluda con un "tremendo" cariño, te hace sentirte especial y distinguida de los demás.
Adulación hipnótica: te mantiene en esa atmósfera de halago permanente, de atención aparentemente personalizada (que llegado el momento en que se te cae el velo, te das cuenta que es lo mismo que hace con los demás).
2. - ¡Bien! Ahora que ves la realidad tal como es, no te engañes, Princess. No veas lo que la Mátrix quiere que veas, sino lo que realmente es. Afina tu detector, observa, huele y mira más allá de la apariencias...
"Sueño con serpientes
Con serpientes de mar..."/.../
Oooooooh, oh, ohoooo,
la mato y aparece una mayor
Oooooooh, oh, ohoooo,
con mucho más infierno en digestión..."
Gracias, Silvio, por advertirme.
A punto de subir a Palacio, me encuentro con una de ellas. Mentalmente le digo lero-lero, ya no estoy a tu alcance, ya no me puedes hacer daño, aunque no deja de molestarme el verla reptar por estos lares. Contrataré a Gerald de Trivia para que le dé hipo, que no se le quite ni con el más terrible susto, jajaja...
Al leer....... un escalofriante recuerdo de haber vivido en un nido de víboras..... Menos mal que es un viejo recuerdo....
ResponderEliminarCierto... El nido continúa allí pero estamos fuera ...y a salvo. ..
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