viernes, 9 de julio de 2021

Pinturas...

  

    Ayer en la tarde estuve pintando. Sí, tal cual lo leen. Usé  tonos pastel: un color sandía suave -o salmón-  (bien suave como el trozo de salmón que compré hace un par de días, que terminó  tan desvaído que parecía merluza: no era fresco, aunque estaba congelado; claro, eso no es garantía de nada; sin embargo estaba sabroso. Creo que no consumiré más salmón sino hasta que viaje a Valdivia; en el mercado establecido de acá cuesta la friolera de $ 15.000 y eso ya es un abuso), malva claro, amarillo ocre (bueno este último no era tan pastel, salvo que fuera de zapallo, jajaja). Seguro se preguntarán qué estuve pintando con esos colores. Super simple: unas botellas de plástico para transformarlas en maceteros. ¡No se rían! ¡Es verdad! Estuve oficiando de pintora de "brocha gorda", 😂.     

  Esto no es novedad para mí aunque hacía tiempo que no tomaba una brocha. También tuve a mano un cautín, con el que me anduve quemando un poquito, nada grave. Estaba abriendo orificios en las botellas-maceteros. También les di esta función a un fuentón grande que usaba para lavar ropa hace mucho tiempo y a un canastillo para ropa. Los tenía por ahí, arrumbados, en calidad de desempleados, y se me ocurrió darles una nueva oportunidad de ser útiles. Uno está lleno de dientes de ajos sembrados y el otro envase ya veré su destino. Por de pronto tiene los orificios instalados.    

   Esto de sembrar siempre me ha gustado, pero no creí poderle sacar tanto partido en estos tiempos en casa. Empecé con los germinados, que están a medio morir saltando. Unos porotos se fueron a la bolsa del compost: empezaron a oler mal y les salieron bigotes (jajaja, parece que les eché mucha H2O). Las semillas de chía se siguen haciendo las locas, mientras que no pasa nada con dos variedades de sésamo. Los gránulos de linaza parece que quieren asomar la nariz y hoy día he iniciado el proceso para unos porotos de soya que compré en un local  chino.   

   Lo que realmente ha sido una sorpresa maravillosa e inesperada es el resultado que llevo a la fecha con los champiñones, a los que no les tenía mucha fe (bueno, ninguna novedad diría  más de alguien, 😂). Cuando se me ocurrió incursionar en el terreno de los hongos (comestibles, aclaro) comencé a informarme a través de YouTube (fuente de casi todos mis conocimientos últimamente). Casi desisto al ver varios videos en que se planteaba necesario contar con una placa de Petri, jeringa,  matraz... ¡Chuata! , me dije, esto no es lo mío. Hasta había un señor con delantal blanco para agregarle más dificultad a la cosa. Yo, en la actualidad, sólo cuento con delantales de cocina, que pueden estar recién lavados pero no les falta una que otra manchita propia de los menesteres culinarios; los pocos blancos que tenía en tiempos de Cepech los deseché hace tiempo. También había un video de un joven lleno de tatuajes entre los cuales sobresalía alguna hoja de marihuana,  jajaja. Y más  encima hablaban en lengua: que el micelio, que las esporas, que había que usar un gel , ¡uff! Estaba a punto de renunciar a mi sueño por un rato (producir mis propios champiñones, ¡mmm, qué delicia!😋), cuando un joven más aterrizado y práctico explicaba en palabras sencillas y acciones menos esotéricas cómo obtener micelio de las "patitas" de las setas 🍄 y las esporas de la parte inferior del sombrero (de las callampas, claro, no del profesor). El alma me volvió al cuerpo. Siguiente tarea: comprar champiñones con el máximo de "patitas" sucias y "sacrificar" uno de ellos 🍄para obtener las esporas. Todo bien (estaban bastante  limpias las "patitas" de las 🍄🍄,  pero un par salían de la norma de limpieza). En un pequeño contenedor plástico (de ésos en los que uno guarda las porciones de comida en el congelador ) procedí  a sembrar los restos obtenidos. Las esporas se demoraron un poco más en salir a la luz pero algo vi (la mancha nada más porque son microscópicas; además, ni modo que yo pudiera verlas aunque hayan sido pequeñas). Aún no aparecen las primeras setas pero se nota el crecimiento del micelio en la tierra. Eso, con el primer experimento. El segundo, ha sido fantástico. Un día  encontré  setas-ostra en un supermercado. ¡Oh!😱, me dije. Voy a experimentar con éstas también. Éstas estaban más cochinitas, 😁. Realicé el mismo proceso: sembrado y acción para obtener esporas, la que resultó  casi nula. En fin, me dije, que sea lo que el champiñón quiera. Lo increíble es que ya la segunda siembra ha dado resultado óptimo, pues hay todo un surtido de callampas bebés. Así que deberé  darle tiempo al tiempo y ver los resultados, para luego llevar el experimento a "gran escala", es decir, en un contenedor que permita al menos prepararme un almuerzo con champiñones de vez en cuando.   

    Volviendo a la preparación de mis maceteros reciclados (pensar que por años estuve desechando los envases de H2O mineral), esperaré a que, además de secar la pintura, estén en el tamaño adecuado unos pequeños paquetes de lechuga morada comprados y unos cebollines para trasplantar. Me llego a frotar las manos imaginando aportar con más productos a mi comida cotidiana de lo que ya cultivo. En la actualidad tengo perejil, cilantro y unas acelgas medio raquíticas de mi propia mano. Los tomates cherry aún están en floración. Deseo ampliar la producción a lechugas, ajos, cebollines, pimientos, setas por supuesto y acelgas como Dios manda. Toda una producción de subsistencia,  además de los germinados.  Ya les contaré lo que resulta. 

    Mis flores no las he desatendido. Procedí al cambio de tierra y poda de algunas a las que nunca les había dado una manito en más de diez años. Me dio mucho trabajo sólo el hecho de sacarlas de los maceteros, no porque se negaran ex profeso sino porque eran pura raíz. La tierra la habían casi consumido completamente. Así que tuve que "entrar a picar" y vamos cortando raíces como loca. Quedaron preciosas (sólo espero que sobrevivan, 😂). A una enredadera que estaba con sus hojillas feas y secas simplemente le di el "sobre azul" y ocupé el sitio con un sembradío de cilantro.  

  ¡Ah!, casi se me olvida. En esto de buscarle utilidad a las cosas poco útiles, decidí pintar también unas lamparillas colgantes de vidrio (cuyo sentido original era portar velas) e instalé como moradora una lechuga en cada una de ellas. Ya veré qué resulta de esa vida en altura. El único problema es que debo "encararme" en una silla para poder regarlas. ¡No hay caso!, ¡siempre los de arriba abusando de los de abajo! 😉 .

2 comentarios:

  1. Los hongos los cultivas en la oscuridad?

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  2. Al comienzo sí. Luego, cuando empiezan a aparecer, los dejo en un lugar que les llegue la luz pero no directamente. En todo caso, estoy aprendiendo. Ya veremos si,puedo invitar a una comida con setas propias.

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