miércoles, 10 de abril de 2019

Las trampas de nuestro subconsciente...

     Me obligo a mantenerme despierta y a iniciar esta escritura. Mi propósito consciente es cortar la continuidad de un extraño y poderoso sueño en el que he estado inmersa hace ya un buen rato, ignoro cuánto en medición objetiva. 

       No es primera vez que me ocurre esto. Espero que no sea el inicio de un proceso irreversible. Decido dejarlo plasmado, por dos motivos . Uno, para escapar de esta actividad onírica que ya me asusta un poco y, dos, para dejar constancia, si se repite, de sus características en esta ocasión. 
   Van a ser las 05,00 de hoy miércoles 10 de abril de 2019. Esto es lo que ha sucedido:
   He tenido un dormir inquieto, despertando en varias oportunidades, incluso habiéndome levantado  un par de veces. Estaba teniendo un sueño ambientado en tiempos históricos pretéritos ( ubicable cronológicamente entre los siglos  XVI a XIX).  No tengo la certeza exacta, pero el ambiente era cortesano, especialmente por la ropa de los participantes y el escenario. La trama decía relación con la muerte de alguien, más bien asesinato, pero ya en el proceso de investigación. Yo no era Sherlock Holmes, ni su ayudante, ni siquiera su casera, pero me veía abocada a la tarea de irle explicando a alguien o a varias personas los distintos escenarios posibles con fechas e imágenes, y toda esa cronología aparecía ante la vista, en una especie de gran mapa de sobremesa, con escritura anexa que iba fijando las acciones de determinadas personas en forma de prueba fehaciente,  que iban apareciendo en el "mapa" explicativo,en el momento que yo hablaba, en un tono sepia desvaído.  Hasta allí, todo bien. 
        ¿Dónde se produce el fenómeno que me obligó a detener el sueño y a emprender la tarea de ponerlo por escrito? 
     Tal como lo dije más arriba, había despertado varias veces. El sueño había comenzado y continuaba desarrollándose a pesar de haber momentos de estado consciente que lo habían interrumpido. Así de poderoso, así de inquietante. Y reitero, no es primera vez que sucede, obviamente con tramas distintas.
      Analizando la situación, desde una perspectiva realista, debo señalar como antecedente y explicación plausible, que el día de ayer estuve, en la mañana "escuchando", mientras a rato observaba las imágenes de apoyo, piezas musicales de diversas interpretaciones de las obras de Vivaldi, Beethoven, Mozart, Chopin y otros músicos de mi gusto. Y más de alguna composición se mantuvo con alguna imagen fija propia de la época del compositor. En la tarde y noche disfruté de los primeros capítulos de la  serie "Imperio Romano", ambientada en tiempo de los emperadores Marco Aurelio y Cómodo. 
      Cabe señalar que no fue lo único que realicé en el día, pues también escribí un poco y terminé de leer la novela "La amiga estupenda" de Elena Ferrante, aparte de otros menesteres propios de mi vida cotidiana, claro que todo sin salir de palacio ni intercambiar personalmente pareceres con nadie.
      De la actividad diaria descrita, sin duda sobresalen y tienen mayor peso las imágenes observadas en las composiciones musicales y las de la serie. No cabe duda que sirvieron de base para conformar el escenario onírico. Sin embargo, no es eso lo que me preocupa, sino el hecho de tener clara conciencia de la interrupción del sueño y, a pesar de ello, que éste haya continuado como si de una película se tratara, sin que los "cortes" o "pausas" hayan interferido en su continuidad.
     Frente a ello, cabe analizar usando el pensamiento divergente, como señalaba un personaje en una película que vi antes de ayer. ¿Será que todo era un sueño, incluidas las interrupciones? O ¿lo que estoy haciendo ahora es producto del sueño? (¡Cortázar, de nuevo te apareces!). Extraña situación, que deberé compartir, porque es probable que lo que a mí me parece en estos momentos digno de análisis y preocupación, sea más común de lo que yo creo o conozco. O bien, estoy entrando indefectiblemente en una espiral irreversible... Mejor no continúo desarrollando esta idea, para no tentar al dios  de los sueños... que, a veces muestra una cara B,  tal vez, variantes  propias de todos los dioses...
   Volveré a cerrar los ojos. En una de ésas, la otra orilla sigue estando allí y continúa a pesar de esta otra existencia... Espero no quedarme atrapada en el sueño como mariposa en un insectario (¿¿"efecto mariposa"?? ). Si es así, manden fruta...¡plis!

  

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