sábado, 30 de julio de 2016

¿Me estaré ...adocenando?


   Cuando vi lo que Thomas había escrito, quedé turulata. ¡Chanfles y reflanches! ¿Qué diablos significa eso? Jajaja, mi orgullo tuvo un duro golpe...¡Humm! Para ser sincera, un SEGUNDO duro golpe... ¡No puede ser!, me dije. Definitivamente, estoy perdiendo facultades. ¿Esto será llegar a "vieja"?, pensé,  mientras me rechinaban las neuronas de sólo codificar mentalmente la palabrita  aquella, que, caramba, que nos cuesta asumir a algunas personas de la alta aristocracia. ¡No, por ningún motivo...! ¡No me rendiré! ¡Resistiré, para seguir viviendo, aunque el Diablo me pase la factura! ...Jajaja, como dice una canción del Dúo Dinámico...
- ¿Dúo Dinámico?!!!! ¿Qué es eso? 
- Un  "dúo" de cantantes españoles...
- ¡Qué raro! No he oído jamás hablar de ellos...
- ¡Yaaaa! ¡No te hagas! Si no eres tan "jovencita", jajaja...
- Yo no lo niego..., jejeje... ¿Dúo Dinámico? ¿Dúo Dinámico? ...Dúo... Dinámico... No me "suenan"... ¿Son -o eran- de la nueva ola, de la vieja ola ...o de lo que botó la ola? Jajaja.
- ¡Ufff! ¡Qué graciosa! 
     Aún me duraba el efecto de algunos piropos recibidos recién el jueves, cuando hice mi entrada triunfal a la Sala de Profes, luego de haber estado en la Peluquería de las famosas de Rancagua... y haber llegado con paso firme y taqueando fuerte unos minutos antes de que comenzara la reunión docente del mes... Tal vez porque fueran inesperados me sorprendieron más. ¡Debe ser aquello, sin duda! Pues si bien uno se sabe estupenda y regia (jajaja) no está acostumbrada a ser saludada con alegría, entusiasmo y algún comentario como ¡Qué bien te ves! ¡Alimento para el ego!, que muchas veces parece inmerecido...Así es uno de humilde, a pesar de la cuna...(jajaja). 
    Decía... que quedé perpleja y casi en estado catatónico, cuando vi, por segunda vez, en un par de días, una palabra completa y absolutamente desconocida. ¡Nooo! 
   Contextualizo... 
 Durante esta semana, comencé a leer una nueva novela de
JULIA NAVARRO, aquella escritora española contemporánea, que descubrí el año pasado y de la cual he leído lo que he encontrado, cinco novelas a mi haber, hasta la semana pasada. Hace poco descubrí una nueva novela (claro, es reciente, publicada este mismo año): 
Historia de un Canalla. Logré bajarla y comencé a leerla. Su personaje, un verdadero canalla, me recordó esos personajes de Hesse, Sartre  o Moravia (incluso, en parte, a Augusto Pérez, de Unamuno), que están más allá de toda moral cristiana  ...y humana. ¡Y fíjense que lo digo YO, una no-creyente de tomo y lomo!  En estas páginas, que he ido devorando entre una y otra clase, me he encontrado con varias palabras que me han dejado casi "nocaut". Las dos a las que aludo especialmente fueron golpes secos al mentón. ¡Se me removió toda la sustancia gris...o del color que sea! ¿Han escuchado o leído alguna vez la palabra "ÓRDAGO" o la expresión "Me ADOCENÉ"? ¡Yo no! (¡buaaaaa!) ¡Qué vergüenza! ¡Qué bochorno!  
   Para felicidad ... y facilidad nuestra, quiero decir de todos los que vivimos en estos tiempos, tenemos el compañero ideal a mano...
- ¡Ajajajá! ¡Te lo tenías bien escondido, eh!
- ¡¡¡Qué??? ¿Escondido?
- ¡Eso pues: un "compañero ideal"!
- ¡Jajaja! ¡Me refería a ese amigo de los buenos y malos momentos, que te acompaña pero no molesta, que cuando estás en otra se hace casi invisible, que cuando estás aburrida te entretiene, cuando requieres ayuda, te tiende una "mano"... 
- ¡Hummm! Esto se parece al acertijo de la Esfinge de Edipo... a ver...a ver... ¿No me digas que, al fin, encontraste al "hombre perfecto"?
- ¡Adivina, buena adivinadora! Te lo diré porque sé que no eres muy buena en el arte de los augures: pues, ni  más... ni menos que ....¡tatatatán! .... ¡el celularrrr! 
- ¡Jajaja! ¡No te falta razón!  
  Así es ... Recurrí, ipso facto, a mi ayudante silencioso y erudito. Tenía conocimiento de la palabra "ordalía"
(prueba utilizada en la Edad Media con el objetivo de averiguar la culpabilidad o inocencia), pero no de "órdago". El contexto no me permitió averiguar ni sospechar lo que significaba... y lo que me ofreció el DRAE no me ayudó mucho tampoco, ya que, por el hecho de ser un término de origen vasco, debí hacer una especie de "traducción". Al final, entendí que es una especie de apuesta, inesperada para los oponentes, en un juego de naipes. El diccionario hablaba de "envite" y "mus", por lo que el rodeo que debí hacer para entender una palabra que no manejamos en nuestro contexto, fue complejo. 
    Encontrar el significado de "adocenar" fue mucho más fácil. Lo relacioné con "docena", pero no me cuadraba. Opté por la búsqueda virtual ... y se hizo la luz. Significa volverse "mediocre y vulgar", caer en el anquilosamiento, vegetar, como dijo el Papa. 
   Por ello, la pregunta de esta entrada. De pronto me siento cansada, me dan ganas de tirar la toalla, de encerrarme en palacio y no volver a aparecer en público... Luego, me como un griego, jajaja, y se me pasa (¡por suerte para la Humanidad!)...  Pero, lo siento al acecho, esperando paciente, para darme con el mocho del hacha... Así que deberé estar atenta...Tal vez, lo mejor sea comprar un casco a prueba de golpes y usarlo en todo momento,  aunque no se vea muy elegante...¿No les parece?   

jueves, 21 de julio de 2016

Volver a empezar...

       Mientras Mickel comienza a recorrer la modesta vivienda de su amigo y piensa  en  la  que  ya no es más su hogar, en todo  lo  que  se vio obligado a dejar  en  el  pasado  y  en  el nuevo  comienzo  que  se  inicia  con  su  salida  de la cárcel, invaden    sorpresivamente    mi    conciencia   los   sueños recurrentes   de   numerosas   noches   de   mi   vida :   el encontrarme, una  y  otra vez, en alguna casa, departamento o espacio nuevo de vida, distintos  a  lo  existente en la vida real.  Y,  de  pronto, la chispa se enciende ¿Significarán  el  deseo   no   expresado   conscientemente   de   un   nuevo comienzo?   ¿El  abandono  -y  olvido-  de  los  momentos aciagos? Si así fuera -y tal vez no esté muy lejos de aquello- Freud,   seguro,   debe   estar   revolviéndose  en  su  tumba (jajaja).  No  debe  gustarle  para  nada  que  mis  sueños no tengan  un  lado  pecaminoso.  Y  si  no  es  Freud,  puede molestarle a alguno de sus discípulos  u otro "especialista" y "adivinador" de sueños, pesadillas y de  todo  lo que puebla nuestro mundo subconsciente. 

   El día languidece, la noche ya se ha dejado caer. Jueves. Sentada en la mecedora de la terraza que logré ingresar al living, ahora escribo. Recién leía las páginas de una novela que comencé anoche: Antes y después de odiarte. Sólo llevo la décima  parte de su contenido. No es ninguna maravilla, pero parece entretenida y "livianita".  Dan deseos de seguir adelante, para averiguar lo ocurrido y lo que ocurrirá  en ese nuevo comienzo.  Son las lecturas intermedias que me permito (jajaja), luego de mantener mi atención en otras de mayor profundidad. 
    El lunes terminé de leer el segundo volumen de Los Pilares de la Tierra, Un mundo sin Fin, obra completa que ocupó tres semanas de mi poco tiempo libre que atesoro. Me encantó. Sus páginas me llevaron por los peligrosos caminos de los burgos medievales, donde entré en contacto con la pobreza, la injusticia, la casi esclavitud de los campesinos, a merced de poderosos señores feudales que disponían de sus vidas y de su honor, mientras la Monarquía e Iglesia eran avales de todos los atropellos y delitos habidos y por haber en aras del estatus quo del poder político y "espiritual" de su tiempo.  Un mundo diezmado por esas "enfermedades" humanas, así como por la peste negra, que, a manera de Apocalipsis,  invadió  Europa en el siglo XIV. Ha resultado otra interesante forma de "recorrer" diversos lugares y épocas, sin los riesgos  de los itinerarios físicos, aunque menos vívidos.
   Como el vicio me consume, inmediatamente me sumergí en otra novela,  que resultó ser un thriller muy bien narrado, llamado Camille, que terminé ayer en la noche. 
   Ahora estoy aquí, haciendo un breve alto en el seguimiento de vidas de papel (¡upps, de veras que ya casi no se usa en este bello oficio!) y de palabras, mientras escucho la música que el equipo se digna ofrecerme y llega hasta mí la vida humana que se desplaza por las calles que rodean el palacio.
 En estos días, el clima se ha ido entibiando. Hoy estuvo despejado, mientras el amanecer mostró una visión  adelantada de fin de mundo. ¡Casi se veían las llamas, como se muestra en la imagen! 
   En esta tarde de asueto semanal, no pude darme al ocio productivo como hubiera querido, por culpa de mi karma. Desde  hace tres semanas estoy yendo a visitar a un hombre (jajaja): ¡al Dentista! De nuevo, un diente  decidió abandonar el barco. Lo único rescatable de aquello fue que el colmillo resultó ser reincidente, es decir, no fue "otro más".  Claro que igual, hay que reemplazar al fugado. Así como voy, terminaré comiendo papillas (jajaja). Bien dicen que los viejitos terminan siendo niños...
- Pero, amiga, ¡a usted le falta mucho para eso!
- ¡Tan amorosa! ¡Me levanta el ánimo!
- ¡Para eso estamos los amigos pues! De otra manera, no merecerían dicho honor...
- ¡Muy cierto!
   19,30 horas. Las Musas ya han terminado su labor. Yo, voy por lo mismo en esta pantalla amiga. Me ha dado hambre y, luego de alimentar el cuerpo, quiero seguir devorando páginas virtuales, junto a un exquisito café granulado y liofilizado. No es Juan Valdez pero se le parece. La sandiwchera me hará más fácil la tarea. Ya se ha transformado en una mala costumbre cotidiana.
Luego, aminoraré su efecto con una fruta, a las que debo volver a incluir en la dieta. Ya no hace tanto frío así que no hay excusa. Hace un par de horas degusté la última y exquisita granada que me quedaba. Luego, le tocará el turno a una naranja. Mi  bello organismo lo agradecerá sin duda. ¡Adiós, papas fritas, altas en grasas saturadas y en sodio! ¡Hasta siempre, chocolates, altos en azúcar y en todo lo demás! ¡Bienvenidas, frutas y verduras! ¡La primavera viene en camino! Debemos prepararnos para el encuentro...
  

domingo, 10 de julio de 2016

¿Será esto la felicidad?



       Emocionada me doy cuenta de  la tranquilidad que siento cuando estoy en el departamento que fuera -y es- de mi querida hija. Me he dado cuenta, a pesar de la ubicación del depto., que despierto después de un sueño descansado y de un dormir relajado. Lo único que lamento es que durante meses sólo puedo estar de un día para otro. 

    Es un espacio cálido. Acá no siento el frío del palacio de Rancagua. No requiero calefacción en absoluto. Y aunque no comparto con nadie (salvo el saludo o alguna consulta a los encargados de Conserjería) me siento acompañada, tranquila y segura. Así debió sentirse Mirella hasta que... sucedió lo que sucedió ...
   Ayer, después de cuatro años y siete meses, funcionó el cd room de su equipo musical. Todo este tiempo pensé que estaba en mal estado. La vez anterior que vine me di cuenta que tenía en su interior tres cds y a pesar de que intenté hacerlo funcionar, el resultado fue infructuoso. Ayer, al encender el aparato, mientras buscaba sintonizar una emisora radial, comenzó a escucharse uno de sus cds. Es decir, no estaba en mal estado, ¡Qué cosas no! ¡Tan sorpresivas y casi inexplicables!
    Hoy, Santiago amaneció nublado y me imagino que también helado. Y aquí estoy, tras la cortina transparente con flores coloridas, que dan paso al balcón que vio por última vez con vida a mi pequeña. Es la realidad que se impone y que he debido ir aceptando y asumiendo. No obstante, no me siento sola y aunque no creo en la vida ultraterrena que pintan diferentes doctrinas religiosas, siento que algo queda, algo persiste, algo que va más allá del mero recuerdo y del cariño, de la melancolía y de la añoranza. 

 Estás conmigo y lo seguirás estando, siempre joven, siempre sonriente y, también, con más de  un ceño fruncido, tantas veces visto en el tiempo que compartimos o con alguna expresión  divertida en la que solíamos coincidir y expresar  al mismo tiempo.  
  ¡C'est la vie...! Se respira, se vive, se recuerda, se ama, se odia, se es feliz aún sin quererlo, porque, en ocasiones, ser feliz, parece una traición...
   Te llevé flores blancas y azules, hermosas... La noche casi me alcanzó, pero el rito de ir a verte se mantuvo, en silencio y con el corazón en calma...

viernes, 8 de julio de 2016

En medio de la niebla...


    Ni supe en qué momento ni en qué lugar desapareció la niebla. La cosa es que de pronto me vi en la sexta con el cielo despejado y ya pudiendo distinguir lo que me rodeaba, a través de la ventana. Casi empezaba a dudar acerca de ver algo en el futuro más allá de diez metros. Parecía que íbamos a permanecer en esta situación nebulosa por siempre y de aquí en adelante, después de la niebla de los últimos días acá en Rancagua y en Valdivia. 
   Esto de la niebla llega a ser preocupante, porque sus efectos pueden llegar a ser tan o más catastróficos que el Brexit o que otra catástrofe cualquiera. Desde la perspectiva de lo inmediato debemos establecer que es un estado intermedio, ambiguo: no es lluvia, claro está, pero tampoco es mal tiempo ni siquiera "reguleque".  Y pareciera haberse cernido sobre gran parte de nuestro territorio nacional, incidiendo, por su peso y su composición, en mantener el status quo de las diversas contaminaciones, especialmente de la del aire. Porque habiendo niebla no hay viento, no hay circulación del aire, los humos y gases de todo tipo por lo tanto se mantienen donde están, acumulándose hasta más no poder. Y, por ello, las pre y las emergencias se suceden unas a otras. 
  La niebla no empapa pero humedece y mantiene la humedad en forma permanente. Como no hay viento, impide cualquier  secado... hasta de la ropa...
  Es una situación intermedia, plomiza, que cala hondo en el cuerpo primero (el que siente la falta de calor solar y la humedad) y en el ánimo después. 
  ¡Quién se va a sentir animado si hasta el peinado perfecto se  apachurra con la humedad reinante!
¿Qué se puede hacer frente a este fenómeno "que llegó para quedarse", como dicen los periodistas? ¿Cómo contrarrestar sus efectos negativos?
  Aquí van unos consejos prácticos, cuya primera seguidora seré yo:


1. Hay que abrigarse lo mejor  que se pueda, tratando, eso sí de que todas las capas que conformen las prendas que uno se coloque no le impidan movilidad, ni tampoco le hagan parecer una obesa mórbida. 
2. Además de la cantidad, hay que seleccionar aquella  vestimenta que sea de colores vivos, aunque teniendo cuidado de no utilizar los colores verde, amarillo y rojo juntos, para evitar que todos se enteren de sus simpatías con aquel país  caribeño, así como - lo más importante- para impedir, que en medio de la niebla te confundan con un semáforo. De ninguna manera, tampoco hay que vestir  ropa de color plomo, negro u otro tono poco definido. Te arriesgas a mimetizarte o transformarte en parte de la nebulosa.
3. Si quieres que el cabello no se te pegue al cuero cabelludo y que mantenga su volumen normal sin que tampoco se transforme, una vez que se seque, en una especie de peluca electrificada, te recomiendo usar una capucha amplia o un pañuelo liviano pero grande. Con la primera, protegerás el cabello y no te quedará como si te lo hubieras planchado (salvo que quieras parecer "pelolay").  En cuanto al pañuelo, te sugiero que lo uses al mejor estilo mujer-hindú, aunque eso signifique que te puedan discriminar si no logran ver la belleza de tu rostro. 
   Todo esto  es una solución momentánea, como para comenzar el día. El problema real aparece cuando debes enfrentar o relacionarte con personas en las que la bruma ha ingresado al poco ánimo que tenían desde que pusieron una "pata" fuera de la cama.  Allí sí es otra cosa. La mejor recomendación: aléjate de aquellos ipso facto...o, si no puedes, "agarra" tu celular y evitarás que te molesten. ¿Cómo tan antisocial, dirán ustedes? Es que hay humanos -y humanoides- a los que ya el saludo es darles mucho. 
   En fin...
 
  Hoy me costó levantarme. Dejé esta mañana libre -sólo por hoy- para realizar unos trámites, por lo que no había obligación laboral que me impulsara, cual resorte, a salir de la cama. Logré hacerlo, luego de tres intentos y una hora de retraso. Alcancé a ver el sol asomando tras  bambalinas. ¡Espectacular! Me insufló de ánimo... Ahora estoy en el balcón, absorbiendo energía, casi en calidad de panel solar. Tengo poco más de una hora para continuar escribiendo y leyendo.
 
 En estos días, mi máquina del tiempo me ha llevado hasta plena Edad Media, siglo XII para ser exactos. Inglaterra y sus ciudades en formación, la lucha por el poder entre Stephen y Maud, las vicisitudes de los protagonistas para sobrevivir y alcanzar sus metas: digna sobrevivencia,  familia, solvencia económica, poder, comunidad religiosa. LOS PILARES DE LA TIERRA se llama la obra, en dos tomos, cuyo autor es Ken Follett, a quien inicialmente lo tuve en espera, como "loro en el alambre", pues sabiendo que es autor de thrillers, no me convencía. Pero como me lo recomendaron opté por darle una oportunidad... y no me he arrepentido. Es la excepción de las obras de dicho escritor: ¡buenísima!. Voy transitando aún en la primera parte, que tiene su buena cantidad de páginas. Ahora, aprovechando este veranito de San Juan, viajaré  hasta Kingsbridge, para enterarme cómo continúa la vida de Aliena y ese pequeño que está por llegar a un mundo tan precario y violento. 
   Hasta pronto. O mejor dicho, hasta la siguiente...