viernes, 25 de febrero de 2022
¡¡Qué Putin!!
domingo, 20 de febrero de 2022
Terror...
[Entre paréntesis, debo confesarles que no tuve una formación demasiado brillante en Historia durante mi paso por enseñanza media. Ahora que lo pienso, para ambos profesores, extremadamente comprometidos políticamente -ella, comunista, él, socialista- la Revolución Francesa era menos importante que los sucesos que se estaban viviendo en el Chile de ese tiempo (1969 a 1971). Así que más bien fue una capa de barniz lo que aprendí del comienzo de la caída del Absolutismo en Europa. Si a ello se le agrega que eran tiempos en que recién estaba llegando al país la televisión 📺, el mundo de fuera era para nosotros algo demasiado "ancho y ajeno" para que nos quitara el sueño. Eso claro que no me exculpa, Su Señoría. Reconozco que yo, motu proprio, podría haberme informado, sobre todo considerando que no era alumna del montón. Pero no, preferí consumir hojas 🍃 y hojas 🍃 de literatura y subliteratura, que eran mi pasión adolescente -de lo que no me arrepiento en absoluto-. Más adelante, mientras trabajaba en docencia tampoco me di el tiempo para dejar de ser ignorante en este ámbito. Sólo estos últimos años, he leído muchas novelas históricas y algunos textos del ámbito del arte, la historia y la filosofía además de literatura. Cierro paréntesis].
Eran las acciones necesarias, decían, para cuidar la República y ser libres, pero, ¿de qué servía la libertad si uno no podía disentir? Resulta paradójico que, siendo el lema de la Revolución Francesa "libertad, igualdad y fraternidad" se tuviera que llegar a los excesos que se llegaron de un lado y de otro, dependiendo de qué pensamiento político tenían los dirigentes de turno y de los apoyos que encontraran en los otros movimientos y en el pueblo llano. Nadie resulta inocente luego de un examen minucioso, a excepción de algunos integrantes de la clase más baja y que pudieron no haber intervenido en revueltas y manifestaciones, que terminaban con más de una cabeza en una pica como trofeo de guerra. Hay mucho más que decir y seguro muchos estudiosos lo seguirán haciendo con más propiedad que cualquiera, pero mi aporte amateur y, tal vez con algún error, llega hasta aquí. Y aunque me sienta tentada a cantar ese verso tanguero que dice "la historia vuelve a repetirse",🎶🎶 debo tener en cuenta aquella teoría de la que me habló Natalia hace un par de días, acerca de que la Historia no se repite en forma cíclica, sino como espiral. Es decir, igual se repite, aunque con las diferencias que introducen el espacio, el contexto, los protagonistas y muuuchosss elementos más. Así que no hay recetas seguras, pues los "detalles" que incorporan la idiosincrasia marcan la diferencia...para bien...o para mal, 😉. Hasta pronto.
sábado, 12 de febrero de 2022
Sabiduría...
Además de todo lo recordado y aprendido, de la diversión obtenida por los creativos recursos narrativos, de la mezcla de personajes históricos y literarios (casi tan reales en el imaginario colectivo), destaco el epígrafe, tomado del gran Goethe, del que podemos deducir, grosso modo, y en palabras simples que si uno no conoce sus raíces históricas no es más que un mono desnudo, con el perdón de los señores simios, nuestros antepasados, así les pese a los orgullosos humanos en que nos hemos convertido. Me queda también la curiosidad de leer la obra de "nuestro" José Maza, Somos polvo de estrellas 🌟 .
jueves, 10 de febrero de 2022
Niñas malas...
A las "niñas malas" en nuestro país las ubicamos en el mundo de lo suburbano, de los bajos fondos y en Racagua, entre las calles Maruri y Rubio -según me han contado-. Esta "niña mala" y traviesa de Vargas Llosa desde adolescente quiere ser "algo más", salir de su medio de pobreza y miseria y acceder al mundo de los que poseen riqueza. Ésa es su meta y para lograrla debe traspasar la frontera, pues en ese "país de m*..." no logrará lo que persigue. Lo alcanza, pero a costa de su propia seguridad; en verdad es una victoria pírrica.
[¡Son tantas las cosas que uno anhela siendo adolescente! Recuerdo haber querido ser brigadier (carabinera), azafata, cantante. Nada me resultó, jajaja. No di el ancho...ni el alto, más bien. Hubo tres "detalles elementales" que no eran parte de mi persona: estatura adecuada, figura atractiva, buena voz. Nada; al contrario: siempre fui la de menor tamaño entre mis hermanos, la más entradita en carnes y con una voz nada de melodiosa, con cero gracia para el baile, danza o gimnasia ¡Nada qué hacer! Mi futuro no se veía muy promisorio. Era casi como la mala copia de Bernard Marx de Un mundo feliz: con la inteligencia de un Alfa (si a sacarse buenas notas se le puede llamar así; en todo caso, capacidad de aprendizaje por sobre la mediana), pero con el cuerpo de un Beta (es decir, casi un mamarracho, 😞). Así qué pensar en ser una "niña mala" o femme fatale, si no cumplía con ninguno de las requisitos básicos era un verdadero autoengaño. Durante mi adolescencia, además de estudiar y colaborar en las tareas cotidianas en casa, me dediqué a soñar despierta en una futura vida feliz, donde el amor 💘 💕 era uno de los elementos claves. Adorné estas ensoñaciones con la lectura de muchas novelas rosas y de otras historias (de ciencia ficción y cowboy) que sin ser "rosas" igualmente tenían el ingrediente amoroso presente. Sufrí con cada protagonista y fui feliz como ellas, sólo que en mi caso no fue para siempre; no duró más allá del tiempo que ocupaba en terminar de leer cada historia, o sea, la nada misma. En la vida real duró un poquito más, 😂].
Sin embargo -dicen- "el mundo es un pañuelo" y es así como se encontró, diez años después con Lily, la ex chilenita, ahora aprendiz de guerrillera. Un movimiento revolucionario internacional (MIR) estaba gestionando "becas" para preparar guerrilleros en Cuba, que luego impulsaran la revolución en Perú (¡eso, compañero!,🎃). Por amistad, Ricardo ayudaba a trasladar o a ubicar a los "becarios" mientras estaban de paso por Francia. En uno de esos grupos, apareció la ahora llamada "camarada Arlette", de quien seguía profundamente enamorado, como pudo comprobarlo. A ella no le interesaban revoluciones ni nada por el estilo, pero tampoco estaba dispuesta a vivir en la mediocridad, por tanto siguió hacia Cuba, de donde volvió, pasado un tiempo, casada con un funcionario diplomático francés, mayor y poco agraciado, lo que no impidió que tuvieran encuentros clandestinos. Sin embargo, fiel a su meta vital ella siguió buscando mejores horizontes, priorizando sus objetivos al dolor de los que quedaran en el camino. Pronto Londres, luego Tokio, París nuevamente fueron lugares de encuentro, con nuevas parejas por parte de ella. Ya eran casi 40 años y Ricardo seguía enamorado de su "niña mala", aceptando ser plato de segunda o última mano en cada ocasión, hasta que...
¡No más! El final se los dejo a ustedes, para que comprueben si éste responde al desenlace típico de una novela rosa. Al menos, en el estilo y lenguaje les comento que no cae en la ramplonería y cursilería propia de estos relatos; más bien los utiliza para dar un toque de humor e ironía que resulta estimulante. Leánlo, se van a entretener y capaz que reavive más de un recuerdo olvidado entre los pliegues del tiempo. Ya sólo por eso, vale la pena, 😉.
sábado, 5 de febrero de 2022
Utopía china...
Ya les he contado más de una vez (parece que me estoy repitiendo, 😂) que me gusta lo futurista y como soy una descreída acérrima, obviamente las utopías pueden ser un anhelo en lo profundo de mi arca de los anhelos, pero que está tan al fondo que ya no ve ni podría ver la luz, como esos ciegos peces abisales. Por lo que el Paraíso Perdido, Shangri-Lá o la Sociedad Nueva del mundo comunista no caben en una realidad terrestre ni celestial que yo pueda aceptar como posible. Y lo que yo no acepto NO ES ( 🙈 🙊 😜 😅 😂, reacción cartesiana).
" Al principio no había enemigos, ¿por qué había que crearlos? Acabas de darte cuenta de que si todavía tienes un enemigo, sólo es la sombra que ha dejado en tu corazón el viejo Mao, hoy ya muerto y bien muerto. Lo único que quieres es salir adelante, es inútil pelear contra la sombra de un hombre muerto y malgastar el poco de tiempo de vida que te queda.
"En la actualidad no tienes doctrina. Y un hombre sin doctrina se parece más a un hombre. Un insecto o una hierba tampoco tienen, tú eres un ser vivo al que ya no manipula ninguna doctrina, prefieres ser un observador que vive al margen de la sociedad, que, aunque no pueda evitar tener un punto de vista, una opinión y alguna inclinación, no tiene doctrina ; ésa es la principal diferencia entre el "tú" presente y el "él" que observas" (pág. 192)
Conocer parte de la historia de un pedazo de nuestro planeta nunca está de más -el conocimiento no ocupa lugar, dicen- y así, al menos, evitarás que te cuenten cuentos. Hasta pronto.