Tengo muy claro, más que muchos, que uno no debiera empatizar con los personajes de una historia ficticia, o mejor dicho, "involucrarse", que es una acción de mayor compromiso emocional con alguien o algo. Sin embargo, cuando las obras logran traspasar la capa de sensibilidad un poco resguardada o protegida que cada uno tiene, ya no estás en condiciones de evaluar impersonalmente las acciones humanas externas, sean reales o ficticias. Y esto resulta más difícil cuando ves que parte de tu historia de vida transcurre ante tus propios ojos.
Así me ha pasado con un personaje de esta serie, de la cual tuve que lamentar también su muerte. Una mujer con una capacidad impresionante de elegir mal los hombres objetos de su amor. Lo penoso es que, además de tener que asumir sus propios errores, se siente impelida, por compasión o ingenuidad, a cargar con los errores ajenos. Llega a molestar en el estómago el ver cómo se deja hacer, cómo termina aceptando, sin oposición ni convicción, lo que los demás quieren, de ella, con o contra ella. Y cuando, finalmente, se ha decidido a no seguir dejándose llevar por la voluntad ajena, cuando finalmente reclama por la mentira y el engaño, la respuesta sorprende por la inesperada brutalidad de su asesinato (un femicidio ...más), que no se vio venir, que no se sospechó...como muchos.
Lamenté la muerte de Allison y la impunidad en que quedó su autor...hasta ahora. Pero también lamenté el dolor de quien realmente la quería, que no supo ver sino cuando era ya demasiado tarde la persistencia de ese sentimiento. Y aunque parezca una estupidez, alguna lágrima vertí por ambos.
Interesante tratamiento de los personajes, que aparecen con todas las mezquindades propias de nuestra imperfección... o humanidad, más bien. Ojalá esto no "suene", por oposición, a que existe la perfección humana o, que frente a la humanidad, existe la divinidad. Creo que no hay tal cosa ...o bien la hay y yo no me he enterado.
Y así como hay personajes que conmueven con su "inocencia" y su sufrimiento callado con trazos de fatalidad (tanto que uno quisiera que ojalá esta vez sí puedan encontrar la felicidad), hay otros realmente odiosos y merecedores del "castigo divino", partiendo por unos adolescentes insoportables hasta unas matronas que no maduran y no ven más allá de su nariz (¡¡las odio, Hellen, Atina y Luisa!!). Y para qué decir, uno de sus protagonistas varones, Noah, que a veces dan ganas de matarlo o castrarlo, aunque sea pecado (¡jajaja!).
En fin, hay muchos otros detalles que hacen de esta serie un interesante panorama y "espejo". para salir de dudas, sólo tienes que verla.
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