Salí con la sensación de que algo raro iba a pasar, tratando de captar en el aire lo que estaba por venir. "Algo extraño se cocina en el universo", me dije. Lo sentía en la piel, en todo el cuerpo. Miré a un lado y otro y no vi nada fuera de esquema. La cantidad de gente habitual iba para un lado y para el otro. De pronto, me pareció que yo era la única que captaba la diferencia en el ambiente, mientras el resto continuaba con su vida normalmente...
Es rara esta sensación y no es primera vez que la siento. Es como si estuviera en medio de dos dimensiones y por ello esa especie de bruma casi intangible que entorpece un poco la visión pero que no impide seguir viendo con la suficiente claridad. La percepción de cierta enajenación o desdoblamiento es intensa. Estás entre los demás aunque no de la misma manera. Es lo más cercano al concepto de deja vu, pero cuya duración es extensa. Es como si estuvieras viviendo de prestado, en medio de la Matrix mas con la claridad de no ser parte de la ilusión colectiva que atrapa a todos.
Repito, no es primera vez que esta especie de supraconciencia me invade. Cuando adolescente, muchas veces sentí su hálito, aunque no tuve la claridad, el conocimiento ni la experiencia para reconocerla. Revisando introspectiva y retrospectivamente este "fenómeno" creo que la soledad física y vital algo tienen que ver en el asunto. Viví una adolescencia solitaria, sin sentirme parte de nada, con una sensación de extrañeza permanente, que me acompañó hasta el inicio de mi vida universitaria, pero que luego, producto de los lazos sociales y sentimentales establecidos, fue desvaneciéndose sin que conscientemente me diera cuenta. Las responsabilidades estudiantiles, el surgimiento del amor y las pasiones anexas, con su fuerza avasalladora, ejercieron su hegemonía casi en calidad de dictadura. Luego, vino el tiempo de la "madurez" social, donde los ámbitos laboral y familiar (el propio) se transformaron en el objetivo esperado y aspirado. A ello, en la misma línea de desarrollo y ...supervivencia , le siguieron el perfeccionamiento profesional, transformado en el medio para acceder a funciones más valoradas. En tanto, los hijos propios no llegaban. Solución: buscar otras alternativas para suplir la falta. Trámites exitosos, pero... lo que unió Dios, igualmente sufrió el efecto del... tiempo ...y de muchas cosas más. Es así como llegó el tiempo de la sobrevivencia, etapa muy dura en lo anímico , sentimental y económico.
Salimos adelante , fortalecidas, por un tiempo lamentablemente ...insuficiente.
Ahora, aún -y siempre- con la pena de la ausencia, superviviente de toda una vida, con la soledad de compañía (no a cuestas), las metas , los logros, los objetivos y las preocupaciones han cambiado, se han minimizado y relativizado. El contexto ha cambiado, la perspectiva ya no es la misma, las necesidades son otras.
Ello permite afirmar que, al parecer, el período de la ceguera está llegando a su fin. Y si bien todavía hay nubes en el cielo y cierta bruma que mueve el viento, los indicios de claridad son irrefutables. Así que, aquí estaremos, esperando, su llegada...con los dedos cruzados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario