viernes, 14 de abril de 2017

Auschwitz...en estos días...

  Antes de que se apaguen los ecos de los clamores de victoria y libertad de los vencedores,  antes de que se borre el gesto de incredulidad del rostro de los despojos humanos que deambulan por los campos enlodados de Auschwitz,  escribo. 
 La Bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe ha sido una lección de supervivencia, intensa, emotiva, profundamente humana. Cuando uno lee textos como éste o ve películas equivalentes,  se enfrenta a la maldad humana en su más terrible expresión. No es que se desconozca que ha habido - y seguirá habiendo- en nuestra historia hechos tremendamente  cruentos, crueles y despiadados, pero lo que Hitler y sus seguidores crearon difícilmente podrá ser igualado, ...felizmente. 
   De pronto se hace difícil entender la confluencia de tanta gente responsable de aquello, tanta gente al parecer "convencida" de estar en el derecho de hacer lo que hicieron, de actuar guiados por una atroz tabla de "valores" y, cual "sacerdotes" imbuidos de una especie de "delirio místico", validaron con sus acciones, una y otra vez, los horrores cometidos. 
  Y lo peor de todo es que uno "ve" que, al igual que en otras situaciones límites, personales y colectivas, de las que la Historia humana ha sido dadivosa, el ser humano termina perdiendo su esencia, esa "chispa" que lo hace brillar, ése "no sé qué" que lo eleva en la escala de los seres vivos y lo diferencia de los cuadrúpedos (bueno y también de otros bípedos, como los pollos...)
- ¡Jajaja! ¡Ya me imagino unos pollos bípedos!...Tal vez, caminando con las "manos" en los bolsillos, ¡jajaja!
- ¡Upps!, jajaja! ¿No son bípedos? ¿Estás segura? ...A ver, a ver..., vamos a google... ¡Ajajajajajá! ¡Casi me hiciste dudar!¡El que ríe último ríe mejor!
- ¡Diablos! ¿No era pollo lo que comí entonces?
- A ver, siéntate y cuéntame..., jijiji...
- Fui al súper, compré una bandeja con...¡cuatro tutos de POLLO! Ergo, estos plumíferos -porque tienen plumas, ¿cierto?- debieran tener cuatro patas. ¡No creo que tengan dos tutos por pata!
- ¡Jajaja, me haces tanto reír!
  Recapitulemos...
  Decía que, indefectiblemente, uno es testigo de cómo todo ser humano, expuesto a una situación límite permanente, termina perdiendo su esencia. Y cuando ya ni el orgullo, ni el futuro sostienen sus acciones, sólo el seguir viviendo un día más (horas o minutos) lo hace capaz de las bajezas más grandes (en el caso de las víctimas). Sólo los fuertes mentalmente o los sabios, logran mantenerse en nuestra especie y no caer en la enajenación. Es así como enfrentados a esta tesitura -la II Guerra Mundial es sólo una muestra en nuestro largo recorrido- encontramos en ambos extremos, a entes que se hermanan  (los opuestos se atraen, dicen) en el no-sentir, en la no-humanidad, en la "nosedad" de la vida, verdaderos autómatas con corazón...
   "Casualmente" mientras leía esta novela y otra, llamada El Legado, encontré en TV cable un par de programas de Hitler (como infante, soldado, político y caudillo) y las consecuencias de "su lucha" por una Alemania grande y poderosa... La verdad, es difícil asimilar todo aquello y entender cómo seres humanos pensantes, sus seguidores y fanáticos, pudieron ser metáforicamente arrrastrados a cometer tales actos, sin cuestionamientos morales.
   En estos días, en que la sombra de la guerra en Oriente pareciera irse desplazando pausada pero inexorablemente, como una mancha de aceite en el mar, cabe preguntarse si acaso es nuestro sino permanente no aprender de la Historia pasada y reciente, y seguir, cada vez, repitiendo los mismos errores ...y horrores. 
   Por eso, ¡carpe diem!...más mejor...